miércoles, 11 de agosto de 2010

EL MEDIO AMBIENTE Y LA "OPINIÓN PÚBLICA" (5)

EL MEDIO AMBIENTE
Y LA "OPINIÓN PÚBLICA"(5)
Quinta parte de párrafos extractados del texto de A. G. Ranea ("El Rey Salomón en la arcadía del ideologismo: Ciencia, medio ambiente y el invisible actor humano en el drama ecológico de fin de siglo." En: F. Goin y R. Goñi, (eds.) Elementos de Política Ambiental. 17-27. H. Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires. 1.993.)

Luego de lo ya presentado, sigue diciendo Ranea:
"Este renacimiento en el siglo XX del mesianismo puritano de raíces griegas, alcanzó notable expresión cuando Karl R. Popper (1902)......desarrolló......una teoría en la que la realidad está dividida en tres mundos que, si bien en contacto mutuo, no se pueden reducir unos a otros. El primer mundo, o mundo 1, es la realidad física; el segundo mundo el de la conciencia del hombre; el tercero, el reino de las teorías científicas, de las leyes y principios lógicos, de los resultados experimentales comprobados. Popper atribuye a este mundo 3 plena independencia de los otros dos mundos pero a la vez un papel rector en el progreso de la humanidad. La racionalidad de los circuitos lógicos y de las teorías científicas, únicos habitantes del mundo 3, es el motor del progreso."

"Dado que de la ciencia se ha proyectado una falsa aunque eficaz imagen como ajena al mundo humano de lo cotidiano, no sorprende que la alternativa ante su despotismo se encare como una apelación a 'nosotros', supuestamente libres de toda responsabilidad. Se nos pide así que de nuestras prístinas conciencias surja la protesta en contra de quienes se han aprovechado de la neutralidad para realizar fines egoístas y de dominación: científicos, empresarios, políticos. En la revuelta ecologista radicalizada de los años sesenta y setenta, como en los idílicos ecologismos del presente, hay una tácita ilusión de encontrar en el fondo de nuestras conciencias una forma de psiquismo colectivo inmaculado aún por la ciencia y su bastarda aliada, la técnica. Es el sueño de la arcadía de la sabiduría popular, atesorado por movimientos que encarnarían lo más puro de la humanidad: el movimiento del Romanticismo decimonónico, al menos en sus expresiones literarias en el mundo de lengua alemana, se emparenta con el Blut und Boden de la década del treinta en Alemania, la reivindicación de la difusa cultura del Gaucho en Argentina, o la confianza en la virginidad ética del proletariado industrial urbano, encargado de llevar a la humanidad al estado final de justicia - parentezco que los actores niegan, engañados una vez más por la supuesta autonomía de la ciencia." CONTINÚA
 Los realces de texto en color rojo son míos. Mañana sigue la sexta (y última) parte de estos párrafos de Alberto Ranea. Gracias por leerlos. Ahh! Y luego, en mis comentarios posteriores, verán por qué en lugar de las flores y aves de las entradas previas,  comienzo a ilustrar estas notas con máquinas.  Cuídense. MAG                        

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